Y me verás,
derrumbada,
embarrada en el lodo,
perdida e intoxicada,
muerta y resucitada,
y te sorprenderás,
cuando de un salto,
impulsada y sucia,
con un nuevo desafío,
tatuado en mi cuerpo,
frágil y delicada,
con las alas desplumadas,
pero las uñas afiladas,
y me mirarás,
incrédulo,
sacudiéndome el polvo,
de nuevo.
(Nunca hizo falta marcharse, para no estar)(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario