Esta vida es demasiado interesante,
para quedarse enterrada
bajo una tierra insignificante,
que solo fue regada
con lágrimas saladas.
Me niego a quedarme plantada,
en ese invierno convertido en pasado,
que dejó surcos en mi rostro congelado.
Como flor nueva, exuberante,
volveré a florecer en esta primavera,
más dura y más bella,
con mis ganas instaladas,
con mi cálido aire del sur,
soplándome, suavemente,
con mi sol resplandeciente,
dorandome, dulcemente,
volviéndome más viva y reluciente.
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